La enfermedad de Alzheimer es uno de los mayores desafíos de salud en todo el mundo. Esta enfermedad progresiva, que destruye las células del cerebro, roba gradualmente las capacidades cognitivas y funcionales de sus víctimas. No existe una cura para la enfermedad de Alzheimer, aunque varios tratamientos pueden aliviar o retrasar su desarrollo.
Terapia con células madre
Los médicos están aprendiendo cómo las células madre, una de las formas de vida más básicas, pueden tratar el Alzheimer. Las células madre, recolectadas de donantes, se inyectan en el paciente, donde ayudan a reparar las células cerebrales dañadas que están perdiendo conectividad neuronal. El tratamiento de célula madre es una de las terapias no farmacológicas disponibles más prometedoras.
Tratamientos externos
Hay dos tipos de terapias neurológicas que se han encontrado para mejorar la memoria y el funcionamiento. La Estimulación Cerebral Profunda es la aplicación de impulsos eléctricos en el fórnix, la zona del cerebro más afectada por el Alzheimer. De manera similar, la Estimulación Magnética Transcraneal de repetición utiliza una bobina magnética, colocada en la frente, para estimular las células nerviosas.
Estimulación mental
Las actividades que mejoran la actividad cerebral pueden ayudar a retardar los efectos de la enfermedad de Alzheimer, como realizar ecuaciones matemáticas, aprender un nuevo idioma o resolver acertijos. Además, los estímulos que involucran la creatividad y el disfrute mejoran la función cerebral, como la arteterapia, la musicoterapia o la aromaterapia.
Terapia dietética
Comer una dieta saludable es particularmente importante para los pacientes de Alzheimer. La investigación encuentra que los pacientes de Alzheimer carecen de la mayoría de los nutrientes esenciales, como las vitaminas A, C, D y E, las vitaminas B y el folato. Una dieta rica en los antioxidantes que se encuentran en vegetales de hoja verde, carnes magras y granos enteros, es lo mejor.
Actividad física
Las actividades que mejoran el bienestar general del cuerpo se utilizan para tratar la enfermedad de Alzheimer. Los ejercicios que se enfocan en la fuerza, la agilidad y la coordinación son especialmente útiles. Caminar, nadar u otras actividades deportivas también son beneficiosas, siempre que el paciente pueda realizarlas con seguridad. El ejercicio regular y moderado, ayuda a mantener el cuerpo y la mente en forma.
Soporte emocional
Debido a que el Alzheimer afecta la vida de manera tan dramática, puede ser una causa importante de depresión, algo con lo que el asesoramiento puede ayudar. La terapia individual, de grupo o cualquier tipo de consejería “hablada” proporciona una salida para abordar la carga emocional de la enfermedad de Alzheimer.
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