Robbie Coltrane, mejor conocido por interpretar a Hagrid en las películas de Harry Potter, sufrió de osteoartritis durante años antes de su fallecimiento en 2022. La enfermedad afectó seriamente su movilidad. ¿Las células madre podrían haber sido una opción para tratar su osteoartritis?
La osteoartritis le robó su calidad de vida
Tabla de Contenidos
Robbie admitió en una entrevista en 2016 que vivía con un “dolor constante”. La enfermedad también afectó su movilidad, por lo que usaba un bastón para caminar. Con el tiempo, terminó necesitando una silla de ruedas dos años antes de su fallecimiento.
Durante una cirugía exploratoria de rodilla, le informaron que no tenía cartílago en las rodillas, lo que significaba que sus huesos estaban en contacto directo. Además, Robbie padecía diabetes y obesidad, y tenía más de 70 años.
Explicando la osteoartritis
El término “artritis” se usa comúnmente para referirse a la inflamación de las articulaciones. La osteoartritis, que es causada por el desgaste de las articulaciones, es la forma más común de artritis. Puede afectar cualquier articulación que soporte peso, como las de las piernas, brazos y columna, pero también puede presentarse en los dedos gordos de los pies, los pulgares, los dedos de las manos y el cuello.
Una rodilla sana tiene una almohadilla firme y elástica llamada cartílago, que absorbe el impacto de actividades como saltar y correr. El cartílago es flexible y cambia de forma para proteger los extremos de los huesos y evitar la fricción.
Con la osteoartritis, el cartílago pierde flexibilidad y elasticidad. La rodilla se siente rígida, lo que provoca una forma de caminar más rígida, y el cartílago se desgasta con el tiempo. Eventualmente, los ligamentos y tendones se estiran, causando dolor en la rodilla. Cuando el cartílago desaparece por completo, los huesos de la rodilla comienzan a rozarse entre sí.
Cuando Robbie Coltrane falleció, sus rodillas ya no tenían cartílago y sus huesos estaban en contacto directo.
Causas de la osteoartritis
Algunas condiciones pueden hacerte más propenso a desarrollar osteoartritis.
Obesidad – Cuanto más peso cargas, más daño pueden sufrir tus rodillas, columna y caderas. La presión sobre las rodillas aumenta en cuatro libras por cada libra extra de peso. Por ejemplo, si tienes 50 libras de sobrepeso, tus rodillas soportan 200 libras adicionales de presión. Perder peso puede reducir esta carga y disminuir el riesgo de desarrollar osteoartritis.
Diabetes y otras enfermedades metabólicas – Estas condiciones pueden afectar la salud de las articulaciones y aumentar la inflamación en el cuerpo.
Lesiones en la rodilla – Haber sufrido lesiones en las rodillas o fracturas en los huesos cercanos a la articulación de la rodilla en el pasado puede aumentar el riesgo de desarrollar osteoartritis más adelante en la vida.
Herencia– Puedes nacer con un gen defectuoso para el cartílago o incluso sin un gen para el cartílago. Ambos casos aumentan la probabilidad de desarrollar osteoartritis. En estos casos, la articulación de la rodilla se deteriorará más rápidamente.
Ser mujer, las mujeres tienen una mayor incidencia de osteoartritis que los hombres.
Enfermedades diversas – Enfermedades como la artritis reumatoide (la segunda forma más común de artritis), un exceso de hormona de crecimiento o demasiada cantidad de hierro en la sangre también incrementan el riesgo de desarrollar osteoartritis.
Signos de la osteoartritis
Los signos de la OA pueden ser diferentes en cada persona.
- Pérdida de flexibilidad – Esto lleva a un rango de movimiento (ROM) limitado.
- Sensación de crujido o roce – Se pueden sentir ruidos como crujidos o chasquidos al mover la articulación.
- Espolones óseos – Son pequeños fragmentos de hueso que se desprenden y se alojan en la articulación, y se sienten como bultos bajo la piel.
- Hinchazón – Provocada por la inflamación del tejido blando.
- Articulaciones rígidas – Especialmente al no usarlas, como por la mañana temprano o por la noche.
- Sensibilidad – La articulación de la rodilla puede volverse sensible al aplicar presión ligera.
- Dolor en las rodillas – Puede ocurrir tanto al mover las rodillas como en reposo.
Tratamientos actuales
Los médicos que trataban la osteoartritis de Robbie habrían basado su régimen de tratamiento en la gravedad de su enfermedad, su edad, las actividades que realizaba, la ubicación de su osteoartritis (en su caso, en ambas rodillas), su trabajo, su historial médico y su salud actual.
Los medicamentos de venta libre, son comúnmente recetados para aliviar el dolor y la inflamación. Cuando estos medicamentos no ayudan, el doctor podría recetar antiinflamatorios de prescripción o geles, sprays o cremas medicadas que se aplican directamente sobre la articulación para reducir el dolor.
Las inyecciones de esteroides se administran con frecuencia cuando los tratamientos anteriores no alivian el dolor. Los diabéticos pueden no recibir esteroides debido a que estos aumentan el nivel de azúcar en la sangre. Esto podría haber sido cierto en el caso de Robbie.
A menudo, los médicos combinan los medicamentos de venta libre con fisioterapia para mejorar el rango de movimiento y fortalecer la articulación. El uso de hielo o calor, junto con medicamentos para el dolor, también puede ayudar a aliviar el malestar.
Si la articulación está hinchada, puede ser necesario extraer el líquido acumulado. Para aumentar la movilidad, se pueden utilizar dispositivos de asistencia como bastones, andadores y sillas de ruedas. Si ninguno de los tratamientos anteriores funciona, el médico podría sugerir una cirugía.
Tratando la osteoartritis con células madre
Los tratamientos con células madre para la osteoartritis se dan como un tratamiento complementario mientras continúas con tu régimen de tratamiento actual. Las células madre no curarán la osteoartritis, pero ayudan a aliviar el dolor en la mayoría de los casos.
Puedes recibir células madre de un donante o células madre autólogas de tu propio cuerpo. Las células madre pueden ser inyectadas en la rodilla afectada por osteoartritis o infundidas a través de una transfusión sanguínea. Usar células madre producidas en tu propio cuerpo (autólogas) es más seguro, ya que elimina el riesgo de rechazo y reduce las probabilidades de infección provenientes de un donante anónimo.
Una vez que las células madre están en tu torrente sanguíneo, viajan a las áreas afectadas y aumentan tu producción celular. Regeneran huesos, cartílago, ligamentos y tendones, mientras disminuyen la inflamación. También revitalizan la articulación y ayudan a aumentar su movimiento, reduciendo el dolor y la hinchazón.
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