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Tratamiento de Células Madre para la Fibromialgia

Stem Cell Therapy and Fribromyalgia¿Qué significa Fibromialgia?

Cuando hablamos de Fibromialgia nos referimos a una enfermedad inmunológica seronegativa, es decir, que consiste en alteraciones del sistema inmunológico y que no tiene un estudio de laboratorio o de imagen concreto que pueda detectarla.

La característica principal de esta enfermedad es que la persona que la padece tiene dolor y sensibilidad a largo plazo en varias partes del cuerpo debido a su origen inmunológico.

La fibromialgia es una afección crónica que afecta aproximadamente al 2-4% de la población, siendo más común en mujeres. Aunque puede presentarse a cualquier edad, es más frecuente en personas de mediana edad.* Además, se estima que entre el 80 y el 90% de los afectados son mujeres.

Es importante destacar que, aunque la fibromialgia es más común en mujeres, también puede afectar a hombres, aunque en menor proporción. La enfermedad puede manifestarse a cualquier edad, pero es más frecuente en personas de mediana edad.*

¿Qué tipo de manifestaciones experimentan las personas con fibromialgia?

Como hemos mencionado anteriormente, la manifestación más recurrente de la Fibromialgia es el dolor crónico en todo el cuerpo. Las zonas más comunes que se ven afectadas son las articulaciones, los músculos, los tendones y una variedad de otros tejidos.

Hay 18 puntos característicos de dolor o sensibilidad en todo el cuerpo que se ven afectados por este trastorno:

  • Ambos lados de la mitad inferior del cuello (delante y detrás)
  • Ambos lados exteriores del pecho
  • Ambas zonas cercanas a los codos
  • Ambas rodillas
  • Ambos lados de la parte posterior de la cabeza
  • Ambos lados del hueso de la cadera
  • Ambos lados de la mitad superior de la espalda
  • Detrás de ambos hombros (Kelly, 2019).

Si un paciente siente dolor cuando se presionan más de la mitad de los 18 puntos, hay más posibilidades de que estemos ante un diagnóstico de Fibromialgia. Por supuesto, este no es el único criterio para diagnosticar esta enfermedad inmunológica, pero sin duda ayuda a detectarla junto con otros métodos relevantes.

Dependiendo del paciente, puede haber zonas más afectadas que otras. Por ejemplo, si alguien ya tenía problemas urinarios antes de desarrollar la Fibromialgia, ahora podría tener inflamación e irritación en las vías urinarias. O si sufría de Gastritis, ahora el dolor causado por esta enfermedad se manifestaría como dolores de estómago.

También hay otras manifestaciones secundarias que los pacientes han notado en algunos casos, que son:

  • Fatiga
  • Problemas de sueño
  • Dolores de cabeza
  • Depresión
  • Ansiedad
  • Pérdida de aptitud física por lo que no tienen la fuerza y la energía para realizar sus actividades diarias.

¿Cómo se diagnostica la fibromialgia en un paciente?

Como hemos comentado anteriormente, la Fibromialgia es una enfermedad seronegativa, por lo que no tiene un estudio específico para detectarla, pero debido a su trasfondo inmunológico comparte sus signos con otras enfermedades, como el Lupus, el Síndrome de Sjogren, y la Artritis Reumatoide, y cada una de ellas tiene en realidad una serie de estudios médicos para detectarla, por lo que al realizar estos estudios los médicos pueden hacer un proceso de eliminación hasta diagnosticar correctamente al paciente con la enfermedad correcta, en este caso la Fibromialgia.

¿Cuáles son las causas o factores de riesgo de la fibromialgia?

Aunque no existe una causa específica para la fibromialgia, se han identificado varios factores de riesgo que pueden contribuir a su desarrollo.

Uno de los factores más estudiados son las infecciones crónicas y virales. Se ha sugerido que el virus de Epstein-Barr (VEB) podría estar relacionado con la aparición de la fibromialgia, ya que es conocido por causar mononucleosis infecciosa y se ha asociado con enfermedades autoinmunes (Navarrete-Navarrete et al., 2020). Sin embargo, la relación directa entre otras infecciones virales, como el herpes o el virus del papiloma humano (VPH), y la fibromialgia aún no está claramente establecida en la literatura científica (Stehlikova et al., 2020).

Otro factor de riesgo importante está relacionado con el estrés emocional y los trastornos psicológicos. El estrés crónico puede afectar el sistema nervioso central y desencadenar una respuesta anómala en la percepción del dolor, lo que contribuye al desarrollo de la fibromialgia (Häuser et al., 2015). De hecho, algunos estudios sugieren que las personas con altos niveles de ansiedad o depresión tienen un mayor riesgo de desarrollar esta enfermedad (Clauw, 2014).

En cuanto a las infecciones por hongos y la inflamación crónica, como la candidiasis o enfermedades inflamatorias como las úlceras gástricas, no hay evidencia concluyente que las relacione directamente con la fibromialgia (Reumatología Clínica, 2020). Sin embargo, la inflamación crónica en general puede afectar el equilibrio del sistema inmunológico y, en algunos casos, contribuir al desarrollo de síntomas relacionados con la fibromialgia.

Dado que la fibromialgia es una condición multifactorial, su desarrollo puede estar influenciado por una combinación de factores genéticos, ambientales, hormonales, neurales e inmunológicos (Sarzi-Puttini et al., 2020). Identificar y manejar estos factores puede ayudar a comprender mejor la enfermedad y mejorar el tratamiento.

¿Cuáles son algunos de los tratamientos disponibles para tratar esta enfermedad?

Debido a la naturaleza de la enfermedad, existe un enfoque multidisciplinar en la forma de tratar esta enfermedad. Eso significa que el tratamiento se determina en función del tipo de dolor que experimenta el paciente, o del lugar donde se encuentra. He aquí algunos ejemplos:

Si la enfermedad se presenta como alteraciones metabólicas, por ejemplo en la regulación de la hormona T3, la producción y niveles de la Hormona de Crecimiento Humano, o incluso en la cadena de producción del Cortisol; entonces un médico general o internista, tal vez un endocrinólogo, tratará al paciente.

Si las articulaciones son las zonas más afectadas, ya sean las rodillas, los hombros, etc., entonces un reumatólogo se encargará del caso, ya que es su área de experiencia.

En el caso de las mujeres, pueden tener alteraciones ginecológicas, entre ellas el dolor pélvico, por lo que se necesita un ginecólogo que supervise la atención médica.

También existen tratamientos psicológicos y psiquiátricos para abordar esta enfermedad. Consisten principalmente en el autoconocimiento y la orientación con el objetivo de gestionar el conflicto, ya que la incapacidad de hacerlo es lo que finalmente conduce a la Fibromialgia (junto con otros factores anteriormente mencionados).

Es importante señalar que si bien todos estos métodos se adaptan a las necesidades de los pacientes, se hacen con el propósito de controlar y manejar la enfermedad, no ofrecen la posibilidad de regeneración, que es donde entra la terapia con células madre.

¿Cómo puede la terapia con células madre ayudar a los pacientes que sufren de fibromialgia?

En primer lugar, nuestro equipo de médicos debe revisar a fondo el historial médico del paciente para asegurarse de que la terapia con células madre ofrecida en ProgenCell puede ayudar a mantener o incluso mejorar su calidad de vida. No ofreceríamos ninguno de nuestros tratamientos si no estuviéramos seguros de que van a ayudar a las personas a lidiar con sus condiciones médicas. Una vez que alguien es considerado un candidato viable para las células madre, podemos seguir adelante y proporcionarle nuestro servicio.

La mejor opción que ofrecemos para tratar la fibromialgia son las células madre autólogas obtenidas en fresco de la médula ósea, prácticamente sin manipulación. De esta manera no hay riesgo de daño, y las células madre mantienen una viabilidad y capacidad regenerativa óptimas. Y cómo las células proceden del propio cuerpo del paciente, son 100% compatibles, por lo que se elimina cualquier complicación causada por el posible rechazo del organismo.

Nuestra terapia con células madre tiene como objetivo restablecer la función del sistema inmunológico, así como reparar y regenerar las zonas lesionadas donde sea posible hacerlo, es decir, si no tienen cicatrices porque una vez que el tejido ha cicatrizado no puede ser modificado por las células madre. Todo esto se hace por vía intravenosa, para que las células puedan llegar a todas las zonas afectadas del cuerpo y obtener resultados óptimos.

Además, disponemos de diferentes programas de terapia con células madre que nuestros médicos pueden proponer a los pacientes en función de la gravedad de la enfermedad, su grado de cronicidad y los problemas médicos que puedan tener simultáneamente. Sigue consistiendo en células madre autólogas frescas de la médula ósea, pero podemos ajustar la duración del tratamiento si el estado del paciente lo requiere así. Por ejemplo, podemos ofrecer un tratamiento de 1 día centrado sólo en el procedimiento de la médula ósea, o podemos ampliarlo a un plan de tratamiento de 4 o 5 días en el que complementamos el procedimiento con tratamientos intravenosos que pueden ayudar al efecto de las células madre en el organismo.

Hablando del efecto que tienen las células madre en el organismo y los efectos positivos que puede aportar este tipo de terapia. La principal mejora es la disminución de los niveles de dolor que siente el paciente, ya que no se pueden eliminar al 100% en la mayoría de los casos debido a la naturaleza de la enfermedad. Un paciente con Fibromialgia suele estar en un nivel 8 o 9 antes de su tratamiento, por lo que después estaría en un nivel 4 o incluso 2, dependiendo del caso. Además, prolonga los periodos de inactividad de esta enfermedad, por lo que las personas llegan a tener una mejor calidad de vida.

Los pacientes también pueden notar que no tienen tanta fatiga como antes, ya que la terapia ayuda a regular la cantidad de sueño que tienen. También ayuda con la depresión y mejora su movilidad.

En definitiva, la terapia con células madre ayuda a poner en marcha los factores metabólicos, los factores autoinmunes y los factores neuroinmunes que regulan esta enfermedad inmunológica, ya que no sólo se dirige a sus signos, sino que también va tras su punto de origen.

Aunque las células madre pueden obtenerse de diferentes fuentes, como: médula ósea, sangre del cordón umbilical, tejido adiposo e incluso dientes, preferimos utilizar médula ósea fresca y autóloga; ya que contiene muchos factores estimulantes y de crecimiento. A medida que avanzan los estudios de investigación y se descubren más efectos positivos para la regeneración y reparación de los tejidos, estamos cada vez más convencidos de su potencial para la renovación celular, la prevención y el tratamiento de una gran variedad de enfermedades degenerativas. Por ello, queremos hacer llegar los efectos positivos de las células madre a todos aquellos pacientes con alguna dolencia, incluso cuando los tratamientos tradicionales han tenido escasos o nulos resultados.

Si usted o alguien que conoce sufre de Fibromialgia y está interesado en la Terapia con Células Madre, le invitamos a que se ponga en contacto con nosotros llamando al 1 (888) 443 6235 o puede enviarnos un correo electrónico a info@progencell.com y podremos programarle una consulta con nuestro comité médico.

 


 

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